ELISEO SUBIELA El gran director ruso Tarkovski solía decir que en el cine hay dos tipos de directores, los que imitan al mundo en que viven y los que crean su propio mundo y que denominaba “los poetas del cine”. Entre estos últimos incluía a Bresson, Bergman, Buñuel, Kurosawa, etc. No es arriesgado decir que Eliseo Subiela se embarcó dentro de los directores poéticos del cine, irrumpiendo con maestría y originalidad en el cine nacional. Subiela nació en Buenos Aires en 1944, tuvo un fugaz paso por Filosofía y Letras y por la Escuela de cine de La Plata. La ansiedad por filmar lo llevaría a realizar su primer corto “Un largo silencio”(1963) a los 19 años. Con este corto logra El Gran Premio al mejor cortometraje en el III Festival Internacional de Viña del Mar. En esa época Leonardo Favio quería realizar su primer film como director y necesitaba ayudantes, sería María Vaner quien los relacionaría; de esta manera su primera experiencia como ayudante sería “Crónica de un niño solo”. La siguiente experiencia como ayudante fue “Esquiú, una luz en el sendero” de Ralph Pappier. Luego en 1965 filmaría su segundo corto “Sobre todas estas estrellas”, que trataba sobre las expectativas de los extras de cine. Con este corto logra varios premios, entre ellos el entregado por el Instituto Nacional de Cinematografía , primer premio al Mejor Director de Cortometrajes. También tendría su experiencia como director publicitario, logrando unos doscientos anuncios para nueve países. En 1970 nace la idea de filmar en Misiones y el texto que lo seducía eran “Los pasos perdidos” de Alejo Carpentier, pero los derechos del texto habían sido comprados por Tyrone Power (finalmente no la filmó), de todas maneras, Carpentier, lo estimuló a realizar una versión libre. La película se iba a llamar “Las puertas del paraíso”, pero corría el año 1977 y el Ente Nacional de Calificación Cinematográfica, aprueba el libro con objeciones, para luego quedar en el olvido, de alguna manera había temas que molestaban. A Subiela le llevó dos años elaborar un nuevo guión, conservó algunos esquemas del anterior y el título fue “La conquista del paraíso”, que se convertiría, en el año 1980, en el primer largometraje. Algunos de los temas de este film serían recurrentes en la filmografía de Subiela; tal es el caso de la búsqueda del padre y la relación entre el amor y la muerte. Subiela dice: “Descubro que en todas mis películas se repite el conocimiento hombre-mujer a través de dos orillas (del río o de las vías) en presencia de la muerte.”(1) Este film plasmaba las bases del cine poético que luego desarrollaría Subiela. El estreno de la película fue recibido con elogios por parte de la prensa, pero el público no respondió y el fracaso comercial fue evidente. Subiela no se da por vencido y se tomará su tiempo para ir elaborando su obra maestra y una de las mejores películas argentinas de la década del '80: “Hombre mirando al sudeste”. En solo un mes arma el guión, pero armar la producción le lleva un año . El elenco fue elegido entre actores del Teatro Municipal San Martín, algunos de ellos casi desconocidos. Los problemas metafísicos y psicológicos de la película son expresados poéticamente y con imágenes de extraordinaria belleza, que venían a romper el estilo predominante del cine nacional. Los temas tratados eran de orden universalista, como lo son el amor, la locura y la muerte, y quedaban abiertos a distintas lecturas e interpretaciones. Pero su estreno no fue fácil, primero debió conseguir cinco premios internacionales y varios meses de éxito en EE.UU. y Canadá; luego del éxito internacional logró despertar interés para ser estrenada en nuestro país, casi después de un año de filmada. La respuesta del público fue inmediata. A pesar del triunfo obtenido, no aparecía un productor nacional para que Subiela realizara la siguiente película. Sin embargo le llegaban propuestas para trabajar en el exterior y en especial de EE.UU. Esta situación lo obliga a publicar su famosa solicitada que decía: “Señor presidente, mi familia no quiere vivir en Hollywood”... Finalmente con el dinero que llegó desde el exterior, pudo comenzar a rodar su siguiente obra “Ultimas imágenes del naufragio”(1988); para evitar pérdidas, debido a la hiperinflación, es estrenada primero en el exterior y recién en el año 1990 en nuestro país. Esta película conserva su estética lírica, tanto en el mensaje como en las imágenes, pero la historia se desarrolla en una atmósfera de tristeza y de melancolía. Lo que hace que no sea una película que se digiera rápidamente. La situación representada es una buena metáfora del hundimiento de la sociedad argentina, conservando los contenidos metafísicos y psicológicos. El próximo proyecto fue “El lado oscuro del corazón”(1991/92), anunciado por su autor como “Una fábula sobre la vida y la muerte, que luchan bajo la Cruz del Sur: una metáfora sobre los sentimientos y el sexo, un romance de ángeles heridos, la historia de una cenicienta de cabaret y un príncipe loco, la confirmación de que, aún heridos, los que ganan son siempre los que se animan a dar”(2). Es la película más rioplatense de Subiela, por los escenarios utilizados y por los poemas de Girondo, Gelman y Benedetti. Podemos decir que el texto de la película es un gran poema y no menos son las imágenes, que logran brillantemente descolocar al espectador y tendrá que involucrarse para descifrar las metáforas de las mismas. Su personaje, Oliverio, deberá resolver sus problemas existenciales que oscilan entre la seducción del amor y de la muerte. En 1995 será el turno de “No te mueras sin decirme a donde vas”, en esta película, Leopoldo, inventa una máquina que recolecta sueños, uno de esos sueños es Rachel, a quien encontrará cuando se reencarne..... Al año siguiente edita “Despabílate amor”, este film, trata sobre la generación de fines de los años 60, sus ideales, sus utopías, sus amores y cuando ya son adultos y lo único que quedan son recuerdos; es inevitable que el film se desarrolle en un clima melancólico. Finalmente en 1997, edita su último trabajo “Pequeños Milagros”, su personaje es una chica introvertida y tímida que lee muchos cuentos de hadas, hasta que ella se cree un hada, refugiándose en el mundo mágico que ella ha creado ,pero con la esperanza de un milagro que ella sueña y es la llegada del amor. Subiela crea un mundo mágico, un cuento de hadas ,quedando planteado el amor como única posibilidad de salvación. Podemos decir que Eliseo Subiela es un director que ha innovado al cine nacional y lo logra a través de la creación de mundos mágicos, leyendas, sin descuidar sus interrogantes filosóficos y minucioso cuidado del perfil psicológico de sus personajes a lo que le sumamos temas que son del orden universal como es el caso del amor, la locura, la muerte y lo espiritual. Todas sus películas están abiertas a diversas interpretaciones, lo que obliga al espectador a implicarse en el film. Subiela no cierra el sentido que quiere transmitir, no da demasiadas respuestas, por el contrario lo que brinda son interrogantes y lo hace magistralmente a través de un estilo poético y bellas imágenes, algunas cercanas al surrealismo, pero conservando un gran sentido de la estética, imágenes inusuales en nuestro cine. Con su cine provocador, metafísico, mágico y talentoso, ha logrado la originalidad y la genialidad necesarias para ubicarse entre los mejores directores surgidos en nuestra tierra. Lic.Waldo García Bibliografía consultada: |
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